El grosor retiniano sufre cambios en las diferentes etapas de la enfermedad de Alzheimer en un modelo murino de la enfermedad

Age-Related Retinal Layer Thickness Changes Measured by OCT in APPNL-F/NL-F Mice: Implications for Alzheimer’s Disease

Lidia Sánchez-Puebla, Rosa de Hoz, Elena Salobrar-García, Alberto Arias-Vázquez, María González-Jiménez, Ana I Ramírez, José A Fernández-Albarral, José A Matamoros, Lorena Elvira-Hurtado, Takaomi C Saido, Takashi Saito, Carmen Nieto Vaquero, María I Cuartero, María A Moro, Juan J Salazar, Inés López-Cuenca, José M Ramírez

Un equipo de científicos del Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo (IIORC) de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Investigaciones Sanitarias del Hospital Clínico San Carlos (IdISSC), junto con destacados centros de investigación internacionales, han publicado un estudio innovador en la revista International Journal of Molecular Sciences sobre los cambios en el grosor de las capas de la retina en un modelo murino de enfermedad de Alzheimer (EA). Este estudio ofrece nuevas perspectivas sobre la relación entre la degeneración retiniana y esta enfermedad neurodegenerativa cada vez más prevalente.

Figura 1. Imagen propia del artículo. Diagrama ilustrativo que compara los hallazgos estructurales de la retina en el modelo murino APP NL-F/NL-F con el modelo control. La línea de tiempo del diagrama destaca los procesos neurodegenerativos tempranos provocados por la acumulación de oligómeros de beta-amiloide. Estos procesos son seguidos por una neuroinflamación mediada por la activación de macro y microglia, culminando en la acumulación de placas de beta-amiloide. Este proceso lleva a la neurodegeneración de la retina externa y la muerte de los fotorreceptores. En el diagrama, los tonos azules indican adelgazamiento de la retina, mientras que los tonos rojos señalan engrosamiento.

Mediante el uso de una técnica de imagen no invasiva y de alta resolución como es la tomografía de coherencia óptica (OCT), los investigadores analizaron el grosor de las diferentes capas de la retina de forma independiente en ratones transgénicos APPNL-F/NL-F, un modelo humanizado de Alzheimer que reproduce con bastante precisión varias características patológicas de la enfermedad en humanos. Los científicos compararon estos cambios con los observados en los ratones controles en distintas edades: 6, 9, 12, 15, 17 y 20 meses.

Los resultados revelaron que los ratones APPNL-F/NL-Fmostraron un adelgazamiento significativo en varias capas de la retina en comparación con los ratones WT. Este adelgazamiento se observó de manera progresiva con la edad, lo que sugiere una correlación directa entre la acumulación de beta-amiloide y la degeneración retiniana. “Además, se identificaron procesos neuroinflamatorios mediados por la activación de macro y microglia, que contribuyen a la neurodegeneración de la retina externa y la muerte de los fotorreceptores” explica la profesora Rosa de Hoz, coautora del trabajo.

Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para el diagnóstico temprano y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. “La retina, al ser una extensión del sistema nervioso central, ofrece un tejido fácilmente accesible para estudiar los cambios neurodegenerativos asociados con la enfermedad, así como su progresión” afirma la Dra. Sánchez-Puebla investigadora del IIORC y del IdISSC.

El estudio fue realizado por un equipo multidisciplinar de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos (IdiSSC), el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, y colaboradores de Japón y otros países. Esta colaboración internacional subraya la importancia de los esfuerzos conjuntos en la lucha contra enfermedades neurodegenerativas. El equipo de investigación, liderado por el profesor José M. Ramírez, planea continuar sus estudios para explorar más a fondo los mecanismos subyacentes a la neurodegeneración retiniana y su relación con el Alzheimer. “Además, se espera que estos hallazgos impulsen la implementación de nuevas técnicas de imagen para el diagnóstico precoz, así como el estudio de la progresión de la enfermedad y el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas que puedan ralentizar o detener la progresión de la enfermedad” concluye la Dra. López-Cuenca, otra de las investigadoras del IIORC.