José A. Matamoros, Sara Rubio-Casado, José A. Fernández-Albarral, Miguel A. Martínez-López, Ana I. Ramírez, Elena Salobrar-García, Eva M. Marco, Victor Paleo-García, Rosa de Hoz, Inés López-Cuenca, Lorena Elvira-Hurtado, Lidia Sánchez-Puebla, José M. Ramírez, Meritxell López-Gallardo, Juan J. Salazar
Investigadores del Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo (IIORC) de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y del Instituto de Investigaciones Sanitarias del Hospital Clínico San Carlos (IdISSC) han descubierto que la combinación de citicolina y coenzima Q10 tiene efectos antiinflamatorios en un modelo experimental de glaucoma, una enfermedad degenerativa de la retina que provoca pérdida progresiva de la visión hasta llegar a la ceguera.
El estudio, publicado en la revista Pharmaceuticals, demuestra que este tratamiento reduce significativamente la inflamación en la retina y en el resto de la vía visual en ratones con glaucoma. Esto se refleja en una menor activación de las células gliales, que desempeñan un papel clave en la neuroinflamación. Además, el compuesto mostró un leve efecto hipotensor en los tiempos tempranos tras la inducción de la hipertensión ocular.
«El aumento de la presión ocular es el principal factor de riesgo del glaucoma, pero la inflamación también contribuye a la muerte de las células de la retina. Controlar este proceso es clave para proteger la visión», señala José A. Matamoros, investigador del IIORC.
La neuroinflamación es mediada por las células gliales, las cuales funcionan como el equipo de mantenimiento del ojo y el cerebro. En el glaucoma, se activan inicialmente para combatir el daño, pero si este persiste, pueden empeorar el problema y acelerar la muerte neuronal.
Para probar los efectos de la combinación de citicolina y coenzima Q10, los investigadores administraron el tratamiento de forma oral a los ratones mediante gelatina, simulando cómo se tomaría en humanos con cápsulas. Los animales se dividieron en cuatro grupos, y tras el análisis histológico se confirmó que los ratones con glaucoma que recibieron el compuesto presentaban menos inflamación en la retina y en la vía visual. También se observó un efecto leve de reducción de la presión ocular en los primeros días del estudio.
«Este hallazgo complementa un estudio previo que publicamos en enero de 2025, donde demostramos que este tratamiento ayudaba a prevenir la muerte de las células de la retina a los siete días tras la inducción del glaucoma experimental. Ahora, sabemos que su efecto antiinflamatorio podría influir en la supervivencia de esas células», explica Sara Rubio, investigadora del IIORC.
Los investigadores, dirigidos por los profesores Ana I. Ramírez y Juan José Salazar, destacan la importancia de los tratamientos neuroprotectores. Estos, combinados con la terapia tradicional para reducir la presión ocular, podrían mejorar la protección de las células de la retina afectadas por el glaucoma, ayudando a prevenir la ceguera.